martes, marzo 27, 2007

De aquél que solo sé su nombre.


Te huelo,
Puedo imaginarte,
Palparte y mirarte
Maldito seas,
¡Porque has de ser tú dueño de tus ojos!
¿Y no yo?
He de ser la dueña de los tuyos sueños.
Y vuelvo a decir:
Maldito seas por crear fé en mí,
Repugnancia y amor,
Me siento en mi dolor,
En mis ganas de tenerte,
Morderte,
Y repito cincuenta veces: ¡Maldito seas!
Maldito por mí.
Tu lalalala no llegará lejos,
Vano es tu canto,
Tu sonrisa y labios,
Te creo yo,
Halagos muchos,
En mi cruel poesía,
Utopía.

By: Rebecca Macén López.